El marido de Momoka tuvo un accidente y estuvo herido durante varios meses. Su empresa, que no estaba dispuesta a pagar una indemnización, denegó su reclamación y finalmente lo despidió. Sin dinero para pagar las facturas o el alquiler, Momoka no tiene más remedio que hacer un trato con el propietario sin escrúpulos, devoto de su marido.
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